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Trastornos hepáticos durante el embarazo
Por Redacción, 11-03-2019 07:20:00

El Diario del Bebé.

La colestasis intrahepática del embarazo o ICP (siglas en inglés) es un trastorno hepático relacionado con el embarazo en el que se presentan anomalías en el flujo de bilis (la sustancia producida por el hígado que facilita el proceso de digestión y absorción de grasas). Estas anomalías conducen a una acumulación de ácidos biliares (componentes de la bilis) en la sangre de la madre, lo que produce síntomas tales como comezón fuerte en la piel.

¿Cuáles son los síntomas de la ICP?

Los síntomas de la ICP pueden ser de leves a graves. Por lo general, comienzan en el segundo o tercer trimestre del embarazo y entre los más comunes se encuentran los siguientes:

  • Comezón en la piel. Con frecuencia se presenta con más gravedad en las palmas de las manos y en las plantas de los pies aunque muchas mujeres afectadas sienten comezón en todo el cuerpo. Puede llegar a ser tan grave que interfiere con el sueño y las actividades diarias.
  • Ictericia. Esta coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos se presenta en entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres con ICP.1 Es causada por la acumulación de una sustancia química llamada bilirrubina en la sangre, como resultado del trastorno hepático y la reducción en el flujo biliar.

En caso de presentar estos síntomas, se recomienda a la mujer embarazada ponerse en contacto con su médico.

¿Con qué frecuencia se produce la ICP?

La ICP afecta a menos del uno por ciento de las mujeres en Estados Unidos.

¿Cuáles son los riesgos de la ICP durante el embarazo?

La ICP puede ser muy molesta para la mujer embarazada e incluso puede afectar al bebé. Hasta un 60 por ciento de las mujeres que padecen ICP tienen partos prematuros (antes de las 37 semanas de gestación). Los bebés prematuros corren más riesgo de sufrir problemas de salud durante las primeras semanas de vida, de padecer incapacidades duraderas e incluso de morir. La ICP también aumenta el riesgo de nacimiento sin vida, aunque el riesgo es pequeño (uno al dos por ciento). Es importante diagnosticar y tratar la ICP para evitar estos problemas potenciales.

¿Cómo se diagnostica la ICP?

Existen varios trastornos de la piel durante el embarazo que producen comezón, pero la mayoría no es perjudicial para la madre o el bebé. Mediante análisis de sangre es posible determinar si la comezón de la mujer se debe a la ICP. Estos análisis suelen medir varias sustancias químicas que reflejan el funcionamiento del hígado y la cantidad de ácidos biliares en la sangre de la madre.

¿Cómo se trata la ICP?

La ICP suele tratarse con un medicamento llamado ácido ursodesoxicólico (Actigall®), el cual alivia la comezón, ayuda a corregir las anomalías de la función hepática y, en algunos casos, contribuye a evitar el nacimiento sin vida.

El profesional de la salud controlará regularmente al bebé (con ultrasonido y otras pruebas que miden el ritmo cardíaco) para observar si desarrolla dificultades, tales como anomalías en el ritmo cardíaco, a causa de la ICP. Si el bebé tiene dificultades, el médico puede recomendar adelantar el parto para reducir el riesgo de nacimiento sin vida. En algunos casos, el profesional de la salud también realiza una prueba llamada amniocentesis a las 36 semanas de gestación para observar el estado de maduración de los pulmones. Si los pulmones se han desarrollado lo suficiente para que el bebé pueda respirar sin ayuda, es posible que el profesional induzca el parto entre las 36 y 38 semanas de gestación para prevenir el nacimiento sin vida.

¿Cuáles son las causas de la ICP?

No se conocen bien las causas de la ICP aunque aparentemente las hormonas del embarazo y la herencia son factores que intervienen en este trastorno. La ICP parece darse con más frecuencia en los embarazos de mellizos (o más bebés), posiblemente debido a los mayores niveles hormonales. Aproximadamente la mitad de las mujeres que padecen ICP tienen antecedentes familiares de trastornos hepáticos relacionados.

¿La ICP desaparece después del parto?

Por lo general, los síntomas de la ICP desaparecen por sí solos unos dos días después del parto. Sin embargo, alrededor del 60 al 70 por ciento de las mujeres afectadas vuelve a desarrollar los síntomas en embarazos posteriores. 


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Tags:bebé,   embarazo,   lactancia,   ,  
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