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Cómo aliviar al bebé que sufre congestión nasal
Por Redacción, 01-04-2014 21:37:06

El Diario del Bebé.

Tanto los bebés como los niños pequeños suelen tener con frecuencia muchos moquitos y flemas que les producen congestión nasal, tos, lagrimeo y legañas. Por lo general, estas mucosidades son un mecanismo de defensa frente a virus y bacterias que acceden a sus vías respiratorias a través de la nariz.

 

Aunque son las propias defensas del bebé las que producen ese moco, suelen ocasionarle numerosas molestias que debemos aliviar para evitar complicaciones como otitis o sinusitis. Con unas sencillas medidas, junto con las indicaciones del pediatra, mejorará su estado. Por lo general, no debe preocuparnos sobremanera un niño que se resfría a menudo y tiene muchos moquitos, especialmente si acude a la escuela infantil.

 

 

MEDIDAS PARA REDUCIR SUS MOLESTIAS

 

  • Mantenerle hidratado: beber líquido con frecuencia ayuda a la mayor movilidad y expulsión de moquitos y flemas, a la vez que alivia la sequedad de boca y garganta.

 

  • Lavarle la nariz con suero fisiológico o solución salina de agua de mar: debe hacerse siempre que existan moquitos acumulados en las fosas nasales. Estos lavados son muy efectivos tanto para prevenir como para vaciar la nariz cuando ya está llena. Pueden repetirse varias veces al día, especialmente antes de las tomas o comidas, así como cuando el niño esté incómodo.

 

  • Aspirar los moquitos: es conveniente hacerlo unos minutos después de haberle limpiado la naricita con suero fisiológico. Existen distintos dispositivos para ello (manuales con forma de pera o aspiradores con cánula, ya sean eléctricos o a pulmón. Con la práctica encontrarás el que más se adapte a ti y a tu bebé. En cualquier caso, hay que hacerlo con mucho cuidado ya que podríamos lastimar la mucosa e irritarla.

 

  • Proporcionarle un ambiente húmedo: el ambiente donde se encuentra el niño debe estar bien ventilado, sin humos y con suficiente humedad. Consulta con el pediatra el uso de humidificadores y, en su caso, cuál es el que mejor se adapta a sus necesidades.

 

  • Las esencias para el ambiente suelen estar desaconsejadas ya que pueden provocarles irritaciones en las mucosas debido a su sensibilidad. Consulta con el pediatra cualquier duda a este respecto.

 

  • Despejar los bronquios: dando toques suaves con la mano cóncava en la espalda del bebé se facilita la salida de las flemas desde los bronquios. Es preferible hacerlo antes de las tomas para evitar que un golpe de tos le provoque el vómito. 

 

  • No medicarle sin supervisión médica: será el pediatra quien prescriba un mucolítico o expectorante en caso de considerarlo necesario.

 

  • No forzarle a comer:  la congestión dificulta las tareas de tragar y succionar, además las flemas llenan el estómago produciéndole sensación de náuseas. Por este motivo, lo recomendable es ofrecerle comida frecuentemente pero en pequeñas cantidades.

 

  • Limpiar las legañas de los ojitos: en ocasiones los resfriados van acompañados de un excesivo lagrimeo que, al secarse, provoca la formación de legañas. Para limpiarlas, las ablandaremos primero con un chorrito de suero fisiológico y las retiraremos con una gasita, utilizando una distinta para cada ojo por si hubiera conjuntivitis.

 

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