La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que causa picor e inflamación en la piel y que afecta, especialmente, a la parte interna de los codos, detrás de las rodillas, piernas, brazos y cara, aunque también puede cubrir la mayor parte del cuerpo.
En España, hasta el 20% de los niños la sufren. Se trata de una patología que se ha visto incrementada en los últimos treinta años entre un 200 y un 300%. De hecho, el 90 por ciento de los pacientes experimenta esta enfermedad antes de los 5 años, siendo la segunda causa más frecuente de visita al dermatólogo.
"En los últimos años se ha comprobado de forma científica que un 40 por ciento de los pacientes con esta enfermedad sufren un déficit de filagrina, una proteína presente en la piel. Uno de los rasgos más visibles de la falta de esta proteína es la hiperlinealidad palmar que presentan los pacientes, es decir, la gran cantidad de líneas que se observan en la palma de la mano, este hecho, nos ayudará a poder detectar de mejor manera aquellos pacientes con dermatitis atópica", ha comentado el jefe del servicio de Dermatología del Hospital Niño Jesús de Madrid y presidente del XII Congreso Mundial de Dermatología Pediátrica, Antonio Torrelo.
La dermatitis atópica tiende a hacer erupción cuando se expone a factores irritantes como: disolventes químicos industriales, detergentes, humo de tabaco, pinturas blanqueadoras, lanas, comidas ácidas y/o astringentes, productos del cuidado de la piel que contienen alcohol y algunos jabones y perfumes. Además, es durante los cambios de temperatura y de estación cuando la enfermedad se torna más severa y la aparición de brotes agudos es más común.
En las fases agudas de la dermatitis atópica, los pacientes sufren fuertes picores, inflamación y en casos severos eccemas y heridas. Los pacientes comienzan a rascarse y con ello se inicia un círculo vicioso. Y es que, al rascarse la barrera protectora de la piel se pierde, las bacterias patógenas, especialmente el staphylococcus aureus, se activan y promueven los procesos inflamatorios.
DE LA MANO DE ALERGIAS, RINITIS O ASMA
Este proceso inflamatorio lleva al paciente a volver a rascarse con lo que se debilita aún más la función de barrera protectora de la piel. La consecuencia es que su sistema inmunitario empieza a funcionar mal, reaccionando contra todo aquello a lo que le es ajeno, por ello, es muy común que pacientes con esta patología desarrollen a la larga otras enfermedades, especialmente alergias, rinitis o asma.
Asimismo, estos pacientes no sólo sufren las consecuencias físicas de la enfermedad, sino también las psicológicas ya que, tal y como ha explicado la presidenta de la Asociación Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA), Mercedes González, "el picor es muy desagradable y como no para de picarte en todo el tiempo, te vuelves una persona irritable, vergonzosa, duermes mal y te afecta a tu vida diaria y a las relaciones con los demás".
"La mejor defensa es la prevención. Los que la sufren siempre tienen piel muy seca y quebradiza. La capa externa de la piel, el estrato córneo, sirve de barrera protectora. Cuando esta capa exterior se agrieta por sequedad, los irritantes pueden alcanzar planos más profundos y causar una erupción. Los pacientes buscan tratamientos no agresivos pero eficaces. Un gran número de pacientes adultos con dermatitis atópica, y sobre todo las madres con niños pequeños con esta enfermedad, buscan soluciones dermocosméticas suaves, seguras y efectivas que ayudan a aliviar los síntomas de la fase aguda e incluso que puedan ser una alternativa a la medicación tópica como la hidrocortisona", ha zanjado el asesor médico de 'Eucerin', Juan Arenas.
Más información en Asociación Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica
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