A través del masaje, el bebé toma conciencia de su cuerpo y se siente seguro, querido y protegido. El masaje relajante le ayuda a calmarse, a conciliar el sueño y a gozar de un descanso más plácido. Para disfrutar de él hay que estar relajados y elegir el momento más apropiado. Después del baño, antes de la cena o media hora después de la toma son algunos de ellos. Una música tranquila ayudará a crear ambiente.
Para lograr transmitir al bebé esa sensación relajante, los movimientos deben realizarse siempre desde el centro de su cuerpo al exterior. Existen varias técnicas:
- Arrastre: la mano plana se desliza sobre la piel del bebé.
- Peinado: con los dedos separados se deslizan las yemas suavemente sobre su piel.
- Rodamiento: con las manos estiradas a ambos lados de su brazo o su pierna se realizan movimientos hacia delante y hacia atrás, deslizándolas del hombro a la muñeca o de la cadera al tobillo.
- Tamborileo: consiste en un repiqueteo suave con las yemas de los dedos sobre el cuerpo del bebé.
- Vaciado hindú: se realiza abrazando con la mano desde la cadera hacia el tobillo o desde el hombro a la muñeca.
- Vibración: pequeños movimientos con la mano plana sobre una parte específica de su cuerpo.
El tiempo de masaje que le dediquemos debe ser de calidad y sin ninguna prisa para que el bebé disfrute al máximo de esta experiencia sensorial tan especial para él.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter.
El diario del bebé
Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
