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¡Adiós, chupete, adiós!
Por Redacción, 28-01-2015 00:18:00

El Diario del Bebé.

Abandonar el chupete es un momento importante para el niño, considerándose alrededor de los 2 años una buena época para ello. Es vital que no coincida con otro hito en su vida como tener un hermanito, cambiar de casa, empezar la guardería o las vacaciones. Mejor si ya tiene todas o la gran mayoría de piezas dentales ya que su uso le alivia mientras le están saliendo.

El uso excesivo del chupete está relacionado con un mal crecimiento de los dientes y la otitis de repetición. A partir de los dos años puede provocar la separación de los dientes frontales, pudiendo requerir ortodoncia más adelante. Cada niño tiene su ritmo, serán los padres los que irán viendo cuándo es el mejor momento para prescindir de él, a no ser que los cambios en los dientes sean evidentes.

EL PROCESO

El proceso comenzará de forma progresiva haciéndolo desaparecer a lo largo del día y dejándolo sólo para el coche o para última hora de la tarde. Durante la noche podemos retirárselo con suavidad. Haremos  partícipe al niño de lo que va a pasar, sin darle demasiada importancia para que no se agobie, especialmente si es mayor. Esconderle el chupete aumentará su enfado o frustración, es mejor explicarle las razones por las que es bueno hacerlo. Nunca compararemos a nuestro hijo con otro niño. Le felicitaremos siempre diciéndole lo orgullosos que estamos de él pero sin castigarle ni enfadarnos si no lo consigue.

Premiarle o gratificarle de alguna manera puede ayudar; de esta manera le demostramos que ha sido mayor y merece cosas de mayores. Evitaremos el trueque y los sobornos y tendremos en cuenta que las mejores recompensas son las sociales (pasar un tiempo especial con él, que elija el juego que prefiera, salir al parque).  Para niños mayores, la tabla de recompensas funciona reforzando los momentos en que no usa el chupete.

Otra opción es contarle que como ya es mayor vamos a guardar las cosas de bebés en una caja. Hay que ser comprensivos y permitirle expresar sus sentimientos ya que forma parte de su día a día. Es probable que llegue un momento en el que el niño llore y pida su chupete desesperadamente. Una vez dado el paso no se puede volver atrás porque lejos de ayudarle le perjudicaríamos.

Si tu hijo es de los utiliza el chupete cuando se aburre, la estrategia es mantener sus manos ocupadas y su mente distraída. Si por la noche está acostumbrado a dormirse con él, es hora de adoptar un nuevo ritual que le resulte agradable y le ayude a relajarse como un cuento, una nana o un masaje.

Podemos utilizar recursos creativos como el ratoncito Pérez o el hada de los chupetes que le dejarán algo simbólico a cambio de su preciado tesoro.


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