El Diario del Bebé.
El análisis que el impacto de la enfermedad tromboembólica venosa tiene en las embarazadas se ha estudiado reiteradamente. Este problema surje como consecuencia del aumento de los niveles de estrógenos que se produce durante el embarazo, sobre todo si se asocia a cirugías como la cesárea.
Por este motivo, los cirujanos recomiendan a las embarazadas acudir al ginecólogo cuando noten la aparición de varices. Este especialista puede examinarlas para determinar el tipo de varices que le afectan y el riesgo de padecer una tromboflebitis (inflamación de la vena, cuando en su interior se encuentra un coágulo), durante la gestación o en el puerperio (tiempo que transcurre desde que la mujer da a luz hasta que se recupera totalmente del parto. Suele durar unos 40 días). Si lo estima oportuno, el ginecólogo se encargará de derivar a la embarazada a un cirujano vascular.
Se calcula que dos de cada diez personas que padecen una trombosis del sistema venoso profundo en las piernas, desarrollarán una insuficiencia venosa a lo largo de su vida. En el peor de los casos, la complicación más grave que puede derivar de esta enfermedad es la embolia pulmonar, que puede causar la muerte en el 1-2% de los casos.
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