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5 razones para jugar con tus hijos
Por Teresa Arévalo, psicóloga y psicopedagoga, 05-03-2014 10:33:46

El Diario del Bebé.

El juego es un medio privilegiado para el aprendizaje y el desarrollo. Hay que desterrar de una vez la idea de que jugar es una “perdida de tiempo”. No sólo es bueno que los niños jueguen libremente, respetando sus preferencias y gustos, sino también compartir momentos de juego con los hijos, tomando la iniciativa y proponiéndoles actividades apropiadas para su edad.


Los juegos en familia son uno de los recuerdos más hermosos que el adulto tiene de su infancia. La mayoría de las ocasiones, actividades sencillas muy apreciadas por el mero hecho de haber compartido unos momentos juntos, divertidos y entrañables.


Y es que el juego permite:


1. Afianzar los lazos entre padres e hijos


El niño se siente feliz porque sus padres están jugando con él, y los padres se sienten satisfechos ante esa felicidad. Permitir que el niño sea el centro de atención, dejarse llevar por su ingenio e imaginación, le aportará confianza y seguridad


Además se comparte información privilegiada. A través del juego puedes conocer sus intereses, la forma de enfrentarse a diferentes cuestiones, su forma de expresar conflictos y de liberar su ansiedad. En muchas ocasiones, el niño nos pide jugando ayuda ante sus temores e inseguridades, lo que supone una oportunidad de oro para brindarle nuestra ayuda.


2. Desarrollo socio afectivo


  • El juego permite al niño adquirir nuevas destrezas, lo que hace aumentar su autoestima y el respeto hacia sí mismo. Además, construye resiliencia (capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas) a través de los riesgos y retos asumidos, los problemas resueltos y el manejo de situaciones nuevas.


  • Ofrece la oportunidad de interactuar con otros niños de diferentes habilidades y diferente historia personal, lo que le hace adquirir habilidades sociales, así como crear lazos de amistad.


  • Proporciona diversión, entretenimiento, alegría y placer, cualidades muy necesarias en la vida.


  • Permite manejar los sentimientos generados en la vida real (enfado, preocupación…) en situaciones que ellos controlan, ayudándoles a descargar tensiones y a relajarse.


  • Fomenta el desarrollo moral. Se aprende a ganar y perder y a respetar las opiniones, sentimientos y acciones de los demás.

 

3. Desarrollo intelectual


  • Los juegos plantean situaciones que requieren de habilidades concretas para resolverlas, esto es positivo para los niños porque les enseña a superar obstáculos y a solucionar problemas de una forma satisfactoria para ellos.


  • Permiten experimentar con respuestas alternativas a situaciones novedosas, por lo que estimulan la curiosidad, la imaginación, la autonomía y la creatividad.


  • Contribuyen al desarrollo de la atención, la memoria, del razonamiento y la reflexión.


  • Todo ello permite al niño comprender el entorno y la comunidad que le rodea, lo que le abre las puertas del mundo que le ha tocado vivir.


4. Desarrollo comunicativo


  • Cuando un niño juega está imitando tus expresiones, tu acento, tu entonación, tu forma de moverte, tus gestos… por lo que le sirves de referencia para su comunicación tanto verbal como no verbal.


  • Los niños verbalizan tanto si juegan solos como acompañados, por lo que supone un entrenamiento para expresarse mejor.


  • Al jugar con otros niños, interpretan diferentes roles, con lo que experimentan diferentes formas de comunicación que les ayuda a asimilar conductas asertivas.


5.  Desarrollo motriz


  • A través del juego los niños descubren cómo es su cuerpo y cómo se maneja, sus capacidades y limitaciones. Poco a poco van desarrollando su capacidad motora, sensorial y perceptiva y coordinando los movimientos de su cuerpo, el equilibrio estático y dinámico y la coordinación viso-manual tan importante para los movimientos finos que hacemos con las manos.

 

  • Cuando juegas con tu hijo mediante la actividad física le estás ayudando a organizar su esquema y conciencia corporal, a mantener su salud física y a poder explorar e intervenir en su entorno.

 

Por todo ello no solo debemos alentar el juego libre de nuestros hijos, sino también jugar con ellos para contribuir a su desarrollo y para seguir desarrollándonos nosotros mismos. Revivamos esa emoción profunda que emana del juego, dejando de lado la formalidad y las responsabilidades que demandan la vida cotidiana. Porque, por supuesto, el juego constituye un elemento pedagógico y comunicativo de primer orden, pero también es ante todo disfrute, no perdamos “el placer de jugar por jugar”. 

 

Teresa Arévalo es licenciada en psicología y psicopedagogía. En su blog turelajacion.wordpress.com aporta información, actividades y consejos prácticos sobre diversas técnicas de relajación y de desarrollo personal, con el objeto de introducir la calma en tu vida diaria, de una forma fácil y divertida. También la puedes seguir en Twitter turelajacion

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