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Sus sorprendentes cambios de humor
Por Redacción, 15-04-2013 12:57:58

Cuántas veces pasa que, jugando tranquilamente con el bebé, de pronto se pone a llorar sin motivo aparente para volver a reír en cuestión de segundos. Esto sucede porque para el niño no hay pasado ni futuro, sólo presente, y enseguida se siente invadido por las nuevas emociones, principalmente porque su memoria todavía es muy limitada.

 

Desviar la atención del niño es un buen truco para que se le pase el llanto o la rabieta repentina: un juguete de colores vivos o con una música más rítmica puede funcionar. También podemos utilizar algún objeto de la casa. Los niños se distraen con las cosas más sencillas, por ejemplo, dando golpecitos en una caja o moviendo una cuchara en el interior del envase de un yogur vacío. Eso sí, nunca le ofreceremos algo que no le vayamos a dar ya que no lo entendería y volvería a llorar.

 

Por otro lado, de la alegría al cansancio hay sólo un paso. Una estimulación excesiva agobia y cansa al bebé. Si interpretamos correctamente sus señales, cesaremos en nuestra actividad y podremos evitarle ese mal momento (bosteza, aparta la cara, se frota los ojos, pone cara de susto).

 

El bebé aprende de nosotros. Según vayamos enseñándole los distintos estados de ánimo irá reconociéndolos hasta que puede expresarlo verbalmente. De esta manera, aprenderá a manejar sus sentimientos.

 

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