Una vez que el bebé comienza a gatear y a disfrutar de mayor autonomía, suele llegar el momento de imponerle determinadas restricciones, bloquear el acceso a algunas zonas de la casa o evitar situaciones en las que pueda dañarse. Es normal que se resista a nuestro empeño, no se trata de desafío ni travesura, simplemente reacciona de la única forma que sabe.
Del mismo modo, es conveniente empezar a decirle que “no” con mayor frecuencia, principalmente por su seguridad. El bebé necesita límites y normas de seguridad que aumentan su confianza en nosotros. No es recomendable cambiar las reglas constantemente; para no confundir al bebé, si algo no se puede tocar que sea siempre así.
Un “no” severo es una forma rápida, fácil y efectiva de evitar posibles accidentes, ya que tampoco es cuestión de vaciar toda la casa. Si no queremos utilizar la negación continuamente, existen otras maneras de enfocar las situaciones. Debemos intentar reservar la negación para los momentos en que de verdad la necesitemos. Si combinamos las siguientes opciones aumentaremos nuestras posibilidades de éxito; por el contrario, si abusamos de alguna, probablemente deje de hacernos caso.
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El diario del bebé