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El pecho en la gestación
Por Redacción, 07-10-2012 00:06:21

Durante la gestación, el pecho sufre muchos cambios. Por eso, es importante mimarlo y cuidarlo bien en esta etapa. Los tres pilares básicos de esos cuidados son un buen sujetador, hidratación y ejercicio.



CUÁNDO Y CÓMO VA CAMBIANDO


En las primeras semanas, un síntoma común de embarazo en muchas mujeres es notar dolor o cosquilleo en los senos.


Después de unas ocho semanas se agrandan, volviéndose nodulares o desiguales debido al desarrollo de las glándulas y los conductos galactóforos, que llevarán la leche al pezón. A medida que los senos cambian, podemos notar la aparición de venas (hasta ese momento casi imperceptibles) justo por debajo de la piel. Los cambios también afectan a los pezones que se harán más grandes, sensibles y adquirirán un color más oscuro.


Durante el segundo trimestre, desaparecerán las pequeñas molestias y los senos seguirán aumentando de tamaño. Comienza a formarse un líquido amarillo poco espeso llamado calostro que, a veces, puede extraerse del pezón mediante un masaje suave. El calostro constituye la primera leche proveniente de las mamas y su contenido es distinto al de la leche que se producirá durante la lactancia.



UN BUEN  SUJETADOR


Es probable que durante el embarazo aumentemos dos o tres tallas de pecho, lo que significa que durante algunos meses puede ser conveniente que cambiemos de modelo de sujetador. Lo más recomendable es que elijamos uno sin aros, con tirantes anchos, preferiblemente de algodón u otro tejido natural, que nos resulte cómodo y que sujete bien pero sin oprimir. A medida que los senos aumenten de volumen, deberemos cambiar de talla.


Es recomendable utilizarlo también por la noche durante el primer trimestre para aliviar las molestias, y al final del embarazo debido al volumen adquirido.



LA HIDRATACIÓN


La ducha será de agua templada, acabando con un suave chorro de agua fresquita (no helada) alrededor del pecho para tonificar las fibras elásticas de la piel.


Para prevenir la flacidez, las estrías y mejorar la elasticidad de la piel, es fundamental aplicar una buena crema hidratante después de la ducha y, al menos una vez al día, una crema específica antiestrías. Por su composición, elegiremos productos destinados a la mujer embarazada.


Debe prestarse especial atención a los pezones y areolas mamarias. Para evitar la formación de grietas se lavarán con agua tibia y jabón aplicándose después una pomada que contenga vitamina A (recomendada por el médico).



EL EJERCICIO


El brusco aumento de volumen es el responsable de la flacidez y la caída del pecho. La glándula mamaria no tiene más sujeción que la propia piel, por lo que al tener que soportar más peso, es lógico que vaya cediendo.


Consultaremos con la matrona qué ejercicios específicos podemos realizar para mantener la tonicidad de esa zona y prevenir la temible flacidez. Uno de los ejercicios estrella es, en posición sentada o de pie, con la espalda bien recta, poner las palmas de las manos juntas a la altura del pecho y apretar una contra otra durante 5 segundos; haremos dos series de 10 repeticiones cada una. Lo más importante es ser constante.

 

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