Las mochilas portabebés, ya sean frontales o traseras, son una forma muy práctica, segura y cercana de llevar a nuestro hijo. Aunque no a todos les gusta, los bebés suelen sentirse cómodos, a la vez que observan el mundo desde otra perspectiva aumentando su experiencia de aprendizaje.

Algunas mochilas frontales admiten dos orientaciones, hacia nuestro pecho o mirando hacia adelante, según los meses que tenga el bebé.

Por otro lado, si nuestro hijo está agitado o necesita que lo calmemos podremos orientarlo hacia nuestro pecho, mientras que si está alerta y activo, es recomendable colocarlo hacia fuera para que pueda descubrir el mundo.

CONSEJOS DE SEGURIDAD

Antes de colocar al bebé en la mochila, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones de seguridad, como por ejemplo:

• Leer las instrucciones.

• No exceder nunca el límite de peso.

• Debe ser utilizada por un adulto.  

• Colocar al bebé correctamente para evitar sustos innecesarios.

• Ajustar siempre la mochila para adaptarla a su tamaño.

• Asegurarnos de que siempre hay espacio suficiente alrededor de la cara del bebé para que pueda respirar libremente.

• No abrigar demasiado al bebé. Comprobar que mantiene una temperatura adecuada.

• Abrochar siempre cinturones y correas.

• No agacharse nunca mientras llevemos al bebé. En caso de hacerlo, no doblar la cintura sino las rodillas para que se mantenga seguro.

• No usarla durante la práctica de actividades deportivas. 

• Sólo debe utilizarse al caminar, sentados o de pie.

• No utilizar el portabebés mientras se realizan tareas que puedan entrañar algún tipo de peligro como cocinar, planchar o beber algo caliente.

• No dejar nunca al bebé solo en el portabebés, incluso teniendo un soporte.

• Si el portabebés es prestado o de segunda mano, comprobar que no se retiró del mercado por algún tipo de incidencia. Asegurarnos además de que tiene el libro de instrucciones.  

El diario del bebé

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