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¿Cómo puedo tener más leche?
Por María José Ordeig, matrona, 10-06-2015 07:20:00
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El Diario del Bebé.

Esta es una de las preguntas que con más frecuencia nos hacemos las madres en los primeros meses de vida del bebé. Solemos pensar que necesitamos tomar ciertos alimentos o medicamentos para aumentar la cantidad de leche. Es cierto que algunas sustancias llamadas galactogogos estimulan la producción de leche pero no es necesario correr el riesgo de sus efectos secundarios.

La solución es mucho más sana, barata y sencilla: entender cómo funciona el pecho y ponerlo en práctica.   

El pecho no es un “tetrabrik” que abrimos y del que damos chupitos al bebé. Si así fuera tendríamos unos pechos descomunales y sería incomodísimo. Por eso, la naturaleza ha venido a ayudarnos con algunos recursos, las hormonas.

Las principales hormonas que intervienen en la lactancia materna son la prolactina, hormona encargada de producir leche, y la oxitocina, hormona encargada de ayudar a la salida de la leche, de ahí que a veces goteemos espontáneamente. También interviene el factor de inhibición de la lactancia o FIL, una proteína presente en la leche del pecho.

Algunas mujeres notan que en situaciones que implican emociones (como oír llorar a un bebé, coger, oler, tocar o darle un masaje), parece que el pecho se hincha durante unos segundos, como si se llenara un poco. Efectivamente, así es. Estas son pequeñas “subidas de leche” (o “bajadas de leche”, como se dice en algunos países latinoamericanos) que suceden cuando optamos por la lactancia materna.

En el pecho siempre hay un poco de leche, una pequeña reserva. Pero es cuando el bebé mama cuando producimos la leche de la toma. Al principio el bebé da pequeños sorbitos, las succiones son cortas y rápidas. Esto hace que nuestro cerebro de la orden de liberar más prolactina y el pecho produzca leche. Si nos fijamos entonces, el bebé cambia el ritmo de la succión, hace succiones largas y lentas e incluso podemos oírle tragar.

Cuanto más mame el bebé, el cuerpo producirá más leche para cubrir sus necesidades. Recuerdo una frase del pediatra Carlos González que ilustra a la perfección esta idea: “El pecho es como el banco que todos querríamos tener, cuanto más dinero sacamos, más dinero tenemos”. Pensemos por un momento en las nodrizas o amas de cría, aquellas mujeres de antaño que alimentaban a varios bebés. No eran marcianas ni tenían un don, simplemente conocían el funcionamiento de pecho y hacían de ello una profesión.

Así es que a la pregunta de cómo puedo tener más leche, podríamos contestar que haciendo lactancia a demanda y pasando tiempo de calidad con el bebé.

Al decir lactancia a demanda, me refiero a no poner horarios rígidos en las tomas ni limitar el tiempo del bebé al pecho, sobre todo cuando el bebé es muy pequeño. El primer mes de vida del bebé suele ser el más caótico en cuanto horarios. Luego, poco a poco la lactancia tendrá cierto orden. Si lo hacemos así,  permitimos que el bebé tome lo que su cuerpo necesita y regule la cantidad de leche que nosotras producimos. Si el bebé necesita más leche mamará más, si le dejamos, y nuestro cuerpo responderá con más leche.

Por eso, cuando hacemos lactancia mixta, se aconseja ofrecer primero el pecho y luego el biberón. Si lo hacemos al revés, el bebé mamará menos y el cuerpo entenderá que no tiene que producir tanta leche. El resultado será que iremos teniendo menos leche cada vez o pararemos la lactancia materna.

A veces, y por diferentes motivos, queremos producir más leche: el bebé está ingresado, hemos estado haciendo horarios rígidos y la producción ha disminuido, o simplemente para almacenar leche. En estos casos podemos estimular el pecho con un sacaleches. El sacaleches actúa como si fuera el bebé sobre nuestro cuerpo, cuanto más use el sacaleches, más leche produciré.

El otro aspecto a tener en cuenta es estar con el bebé de forma relajada, disfrutar y tener contacto físico con él. Una buena manera es darle un masaje: juego, caricias, miradas y olores. Así permitimos que las hormonas actúen en nosotras.

Por último, no olvidemos algo muy importante: la teoría parece fácil pero ante cualquier duda, acudamos a alguien experto en lactancia o un grupo de lactancia para que nos orienten y ayuden. Muchas veces solo necesitamos un poquito de apoyo para disfrutar de la lactancia sin preocupaciones.

* María José Ordeig es matrona, asesora de lactancia materna y educadora de masaje infantil, impartiendo talleres en España y Estados Unidos. Ha desarrollado su labor en sala de partos, atención primaria y clases prenatales. Todos los jueves a las 19:30 está disponible en el Consultorio de Facebook para resolver las dudas de nuestros lectores.



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