El Diario del Bebé.
A través del juego, el bebé desarrolla todas las habilidades que necesita: físicas, intelectuales, emocionales y psicosociales. Es bueno jugar de una manera acorde a su desarrollo. Por ejemplo, jugar al escondite será mucho más divertido cuando el bebé tenga unos ocho o nueve meses.
Con el transcurso de los primeros meses, el bebé podrá ir introduciendo nuevos juegos según las capacidades y habilidades que vaya adquiriendo.
IDEAS PARA JUGAR ADAPTADAS AL CRECIMIENTO DEL BEBÉ
Cada bebé es un ser individual que crece a su ritmo. Las ideas recopiladas son orientativas; puede que algunos bebés hagan algunas de ellas antes y otros más tarde. Aunque algunas aparezcan relacionadas con un mes en concreto, hay que tenerlas siempre presentes, como la lectura.
Un mes: juegos sencillos.
Poner al bebé en nuestro regazo con nuestra cara cerca de la suya (no más lejos de 20 centímetros). Inclinarnos hacia él y hablarle con alegría. Probaremos a hacer muchos gestos a la vez: sonreír, sacar la lengua, abrir y cerrar la boca o reírnos. Pararemos para ver su reacción y si intenta imitarnos.
A la vez que le hablamos y cantamos, estimularemos su reflejo palmar tocándole la palma con un dedo. Agarrará el dedo por reflejo, pero también se favorecerá el fortalecimiento de los músculos dactilares.
Con el bebé tumbado boca arriba, le cogeremos los pies moviéndoles suavemente las piernas en un movimiento circular, como si fuera en bicicleta. De esta manera se estimula la tonificación de los músculos y pone en contacto al bebé con el ritmo.
Dos meses: el espejo.
Pondremos distintas expresiones exagerándolas a la vez que nos miramos en un espejo. Le mostraremos su reflejo y el nuestro, dejándole tiempo para que observe ambos. Cantarle canciones mientras le movemos bracitos y piernas le resultará muy entretenido.
Estimularemos el desarrollo del lenguaje hablándole tan a menudo como sea posible; por ejemplo, mostrándole objetos llamándolos por su nombre o paseando con él mientras le enseñamos las flores y las plantas.
Haremos bailar y cantar a uno de sus muñecos. Disfrutará viendo el movimiento y escuchando los sonidos.
Tres meses: colores y texturas.
Le divertirán los sonajeros, las pelotas y los objetos con colores vivos o diferentes texturas. Podemos hacerle rodar con suavidad sobre una pelota de playa.
Los juguetes que el bebé puede sostener fácilmente son una buena elección a esta edad. Para su seguridad, las pelotas que le ofrezcamos deben ser lo suficientemente grandes: no deben poder introducirse en un rollo de papel higiénico.
Cuatro meses: alcanzar objetos.
Ofreceremos al bebé un juguete llamativo o un sonajero para animarle a agarrarlo. Independientemente de cómo cantemos, al bebé le encantará escucharnos. Una buena idea es hacerlo mientras intentamos ponerle de pie sujetándolo.
Podemos fabricar una marioneta de mano con un calcetín y utilizarla para hablarle en voz alta y melodiosa. Le gustarán los animales de goma o trapo con dispositivos de sonido.
Otra opción, es movernos lentamente alrededor de él mientras le hablamos, de tal manera que nos busque con la mirada.
Los juegos con los dedos del estilo de "palmas, palmitas" estimulan al bebé a sostener las manos, mirarlas y unirlas.
Cinco meses: descubriendo su entorno.
Pasearemos por la casa mostrándole los distintos objetos para que se familiarice con ellos, y fijándonos en qué objetos llaman su atención. Cuando hagamos las tareas habituales, le iremos describiendo cada una de ellas. Esa descripción le acerca a las rutinas domésticas y nuestra conversación le estimula.
Cualquier momento es bueno para iniciarle en la lectura, así que le proporcionaremos sus primeros libros infantiles con grandes ilustraciones. Compartir estos libros desarrollará una relación de intimidad con él. Además, las palabras que le leemos contribuyen al desarrollo de su capacidad lingüística. Como ahora ya ve los colores bastante vien, le gustarán los libros, ilustraciones o fotografías de colores vivos.
Seis meses: sus primeros bailes.
Le resultará muy ameno si bailamos con él mientras lo tenemos en brazos siguiendo un ritmo. Ahora que es un poco mayor podemos jugar con él al "caballito".
Una interacción divertida es tocar la "trompeta" en la barriguita del bebé: colocar los labios sobre ella a la vez que soplamos le producirá risa, especialmente por el sonido que emitiremos.
Siete meses: sus primeras construcciones.
Le enseñaremos a apilar bloques blandos. El bebé disfrutará tirándolos.
Leer con él, cantarle y hablarle mucho le ayuda a aprender.
Los juegos con agua siempre son divertidos. Cuando esté en la bañera podemos rociarle los brazos con un vaporizador. Le dejaremos ver cómo cae ligeramente el agua por el aire, de esta manera experimentará las formas distintas en que se siente el agua. La bañera también es un buen momento para compartir con él el llamativo mundo de las pompas de jabón. Utilizaremos dos tacitas o recipientes de plástico como herramienta didáctica. Las llenaremos de agua volcando su contenido. Le enseñaremos cómo entra el agua, el ruido que produce e iremos pasando su contenido de una a otra.
Ocho meses: el pequeño investigador.
Le encantará encontrar los objetos que escondamos. Es tan inquieto y curioso que será difícil mantenerle en un sitio, pero podemos intentarlo amontonando cojines en el suelo y dejando que se mueva entre ellos.
Muchos juegos de los que practicamos con el bebé fomentan el desarrollo ocular e intelectual. Cuando escondemos la cara y reaparecemos, le enseñamos que estamos ahí aunque no nos vea. Cuando escondemos un juguete debajo de una manta, reforzamos su comprensión de la permanencia del objeto (sigue ahí aunque durante un ratito no pueda verse).
Otra forma de jugar es esconder un juguete pequeño en una de nuestras manos. Si no lo encuentra en una pronto aprenderá a mirar en la otra. Es importante animarle a que lo busque. Aplaudiremos cuando lo encuentre y le transmitiremos siempre nuestro entusiasmo.
Nueve meses: estimular sus sentidos.
Ponerle música, animarle a hacer ruido como si tocara un instrumento, presentarle distintas texturas, jugar con el agua, dejarle oler flores y mostrarle imágenes son algunas de las sugerencias para esta edad.
Puede que al bebé le guste apilar juguetes. Un eje de plástico redondo con aros de tamaños distintos le resultará entretenido. También son recomendables los contenedores de plástico de boca ancha que puede llenar de bloques.
Hacerle cosquillas mientras cantamos una canción le resultará divertido.
Diez meses: las cajas.
Disfrutará metiendo y sacando de una caja objetos seguros para él. Le gusta el juego físico y trepar por encima de nosotros.
El bebé empieza a aprender a utilizar el puño y el brazo extendido como herramienta. El juego del martillo le ayuda a desarrollar las habilidades motoras. Este consiste en simular que el puño es un martillo mientras mueve el brazo arriba y abajo y canta una canción como acompañamiento.
Once meses: los sonidos.
Imita la expresión de nuestro rostro, repite más palabras y es capaz de relacionar sonidos con imágenes. Esto nos permitirá animar nuestros cuentos con distintos sonidos de animales o de objetos cotidianos.
Doce meses: imitación.
Le encantarán los juguetes que le permitan hacer lo mismo que los mayores: teléfonos, preparar café, dar de comer o curar a sus muñecos. Comentar lo que vamos haciendo mientras realizamos alguna actividad, reforzará su capacidad de hablar.
Es conveniente supervisar los juegos del bebé y asegurarnos que los objetos o juguetes que emplea son seguros. Las personas, especialmente sus padres, son los mejores compañeros de juego para el niño. Además de divertirse, aprenderá todas aquellas habilidades que necesitará a lo largo de su vida y otras cosas, como el lenguaje.
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El diario del bebé
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Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
